
Es verdad; oficialmente ya se ha acabado el verano (todavía no lo he asimilado), pero todavía podemos disfrutar de buenas temperaturas y seguir luciendo tipazo, por eso, y porque somos adictas al helado en todas sus variantes, esta semana os traemos una receta de helado casero cremoso y alto en proteína.
Pero eso no es todo, porque además de ser alto en proteína, nuestro helado cremoso es bajo en grasas y no contiene azúcar añadido para que podáis disfrutarlo en cualquier momento del día, ya sea en el postre después de la comida o la cena viendo vuestra serie favorita, o entre horas para reforzar el aporte de proteína de vuestra dieta.
¿Se os ocurre un plan mejor después de cenar? El sofá, un capítulo nuevo de tu serie favorita (o dos, o tres), tu smartphone con la batería bien cargada y un delicioso, cremoso y saludable helado que tú misma has preparado... no sé, piénsalo...
Bien; ahora que ya nos hemos puesto en situación, se nos ha abierto el apetito y se han encendido todas las alarmas de peligro por antojo de dulce súbito, vamos a ver qué ingredientes necesitamos para preparar nuestro helado casero y cómo hacerlo.
Raciones: 1-2 Tiempo de elaboración/congelado: 5 min/2,5 horas Dificultad: Baja
Helado casero cremoso alto en proteína
Ingredientes
- 100 ml de leche desnatada
- 2 yogures griegos sin azúcar añadido
- 4-5 fresas frescas
- 1 cazo de proteína de suero (sin sabor o sabor fresa)
- Edulcorante al gusto (opcional)
Elaboración
- Añadimos la leche, los yogures griegos y las fresas lavadas y troceadas en la batidora y batimos durante un minuto aproximadamente o hasta que quede todo bien mezclado.
- Después, añadimos la proteína a la batidora y volvemos a batir hasta que quede bien integrada. Ahora podemos probar la mezcla y valorar si queremos añadirle edulcorante o preferimos el sabor natural de los alimentos.
- Por último, vertemos la mezcla resultante en una fiambrera y la metemos en el congelador durante una hora aproximadamente. Pasada esa primera hora, saca la fiambrera y remueve bien el helado para detener el proceso de cristalización y conseguir esa textura cremosa.
- Vuelve a meter la fiambrera en el congelador durante 1,5 horas más, y pasado ese tiempo sácala, vuelve a remover bien el helado y ya podrás disfrutar de un delicioso y cremoso helado casero.
Sencillo, ¿verdad? No os dejéis engañar por la simplicidad de la receta, porque el resultado es realmente asombroso. El helado adquiere una textura muy cremosa, pero sin los aditivos y otros ingredientes nocivos que llevan los helados industriales.
En esta receta hemos utilizado fresas, pero obviamente puedes utilizar la fruta que prefieras: arándanos, cereza, moras, melocotón, mango, piña, etc. Simplemente debes cambiar la fruta y listo.
Consejo: Recuerda sacar la fiambrera del congelador pasada la primera hora de congelación para evitar que se cristalice el helado y se convierta en un bloque de hielo. De hecho, si crees que tienes que repetir el proceso más veces, sácalo una o dos veces más durante ese tiempo para que quede todo lo cremoso que quieras.
Disfruta sin ningún tipo de remordimientos de nuestro helado casero cremoso, porque como ya te hemos dicho antes, es un helado proteico, bajo en grasas y sin azúcares añadidos. Ahora ya puedes darte un caprichito sin pensar en romper la dieta, ¡aprovéchalo!
¿Te ha gustado la receta? En ese caso, ¡no olvides compartirla y dejar tus comentarios!